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20 ‘ROAD MOVIES’ IMPRESCINDIBLES (yII)

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Ir a la —> PARTE I

‘MAD MAX’ (George Miller, 1979)

Una ‘road movie’ con sabor australiano que arrasó las taquillas de medio mundo. Con una estética heredada del ‘spaguetti western’, está ambientada en un futuro distópico pos nuclear, donde el bien más preciado es la gasolina. Lo que más llama la atención de la película es la novedosa estética lograda con una gran economía de medios. Tras este éxito, el tándem Miller-Gibson repetiría con una segunda parte, considerada por algunos incluso mejor que la primera, y una tercera algo más floja pero con la presencia estelar de Tina Turner. En 2014 está previsto el estreno de una cuarta parte dirigida por el propio director de la trilogía original. Una curiosidad, en el video que acompaña esta reseña el villano recita una estrofa de la canción ‘Rocker’ de AC/DC.

‘DUEL’ (Steven Spielberg, 1971)

La pesadilla de cualquier conductor. El protagonista intenta adelantar un camión cisterna en medio del desierto; desde ese instante, el perverso camionero le someterá a un acoso constante hasta darle caza. En su primer largo, planteado en un principio únicamente para televisión, Spielberg hace gala de un dominio del pulso narrativo impropio de un cineasta de su edad. La historia mantiene la intriga al no mostrarnos en ningún momento el rostro del camionero psicópata. Pero, como en otras cintas del género, el protagonista indiscutible es el camión, al que se dota de personalidad propia hasta el punto de llegar a convencernos de que está vivo.

‘PARIS, TEXAS’ (Win Wenders, 1984)

Especialmente recordada por su hipnótica banda sonora, obra del guitarrista Ry Cooder, nos cuenta la historia de un hombre amnésico que aparece de repente en el desierto de Texas. El destino le dará una segunda oportunidad mientras trata de reconstruir los pedazos de su vida. Estamos ante la mejor película, a mi juicio, de Win Wenders, que logra retratar con maestría la amargura de la pérdida causada por los errores del pasado y la posterior redención a través del perdón. Sin duda, la escena de la cabina del peep show es uno de los grandes momentos del cine. El director alemán cuenta en su filmografía con otra ‘road movie’ notable que podríamos considerar en cierto modo precursora de esta, ‘Alicia en las ciudades’ (Alice in den Städten, 1974).

‘DIARIOS DE MOTOCICLETA’ (Walter Salles, 2004)

El director brasileño documenta en esta ‘road movie’ latinoamericana el viaje que en 1952 realiza un joven Ernesto “Che” Guevara junto a su amigo Alberto Granado a bordo de una vieja Norton. Dejando atrás la comodidad del hogar en Buenos Aires, el espíritu aventurero que imprima todo viaje iniciático les llevará a recorrer más de 10.000 kilómetros a lo largo y ancho del continente sudamericano. Lo que comienza siendo un viaje impulsado por la curiosidad y las ganas de divertirse, terminará transformando su forma de percibir la realidad. La película refleja la importancia de un viaje que les llevó a asumir el compromiso de sus vidas.

‘BONNIE & CLYDE’ (Arthur Penn, 1967)

A finales de los 60, el celuloide inmortalizó la historia real de dos jóvenes delincuentes que camparon a sus anchas por el centro de Estados Unidos durante la Gran Depresión. Su sangrienta escena final, en la que la cámara lenta se convierte en un recurso narrativo más que remarca la violencia de una manera casi alegórica, sentó las bases del nuevo cine que ya había iniciado el gran Sam Peckinpah. Su director prácticamente alumbró un nuevo género, el de parejas de delincuentes a la fuga. No en vano, títulos posteriores como ‘Malas tierras’ (Badlands, 1973), ‘Amor a quemarropa’ (True romance, 1993) o ‘Asesinos natos’ (Natural born killers, 1994) beben directamente de la cinta de Penn.

‘INTO THE WILD’ (Sean Penn, 2007)

Cuenta la historia real de Christopher McCandlessun joven idealista que abandona todas sus posesiones y emprende un viaje en busca de sí mismo que le llevará a atravesar Estados Unidos rumbo a Alaskala última frontera. La naturaleza, en su vertiente más salvaje y exuberante, es la auténtica protagonista de la película, un verdadero canto a la libertad individual y una invitación a conocer la belleza (y la crudeza) de este mundo. La majestuosidad con la que Sean Penn graba la naturaleza es abrumadora, pero la película esconde también el alto precio que a veces tenemos que pagar por nuestra libertad y que queda resumido muy bien en una frase: “A veces los hijos pueden ser muy crueles con los padres”.

‘THELMA Y LOUISE’ (Ridley Scott, 2007)

Dos mujeres deciden emprender un viaje de fin de semana para escapar de la frustación y la rutina que envuelve sus vidas. Heredera directa de las de los 80, ‘Thelma y Louise’ es una historia de amistad que, como buena ‘road movie’, muestra la evolución interior de ambas mujeres, dispuestas a liberarse a toda costa de la autoridad machista. La acción principal se desarrolla en la carretera, en localizaciones de Arizona, Arkansas, Colorado, California y Utah. Quedará para siempre en la retina de los enamorados del cine, entre otras cosas, por su emocionante final, rodado en el Parque Estatal Dead Horse Point de Utah, no en el Gran Cañón como podría parecer.

‘THE STRAIGHT STORY’ (David Lynch, 1999)

Historia basada en hechos reales. Un anciano, Alvin Straight, emprende un viaje de 500 kilómetros a bordo del único medio de transporte del que dispone, su cortacésped, para despedirse de su hermano enfermo de cáncer, con el que no se habla desde hace años. Una película que avanza despacio, como la montura de su protagonista, hacia lo más profundo del alma. A destacar dos grandes protagonistas, su banda sonora y los bellos escenarios naturales de Iowa y Wisconsin. Del mismo director sobresale también Corazón salvaje’ (Wild at heart, 1990), otra ‘road movie’ pero con el tono surrealista marca de la casa.

‘EASY RIDER’ (Dennis Hopper, 1969)

Una de las primeras ‘road movie’ de la historia, o al menos la que inauguró el género como tal en el cine moderno. Dos moteros hippies de Los Angeles recorren el suroeste de Estados Unidos para entregar un cargamento de droga en Nueva Orleans, una excusa para dar un repaso a la sociedad estadounidense de la época. Una película que se convirtió instantáneamente en un hito de la contracultura y a la que hay que acercarse teniendo muy presente el contexto social en el que surgió: recesión económica, segregación racial, tensiones internacionales, boom del movimiento hippie… y en plena guerra de Vietnam. Dejando a un lado su discutible calidad artística, esta obra asentó las bases de las ‘road movies’ actuales.

‘VANISHING POINT’ (Richard C. Sarafian, 1972)

El encargo es sencillo: es viernes por la noche y un conductor clandestino debe llevar un coche de Denver a San Francisco antes del lunes. Sin embargo, la misión se convertirá en una carrera frenética contra la autoridad y contra sus propios fantasmas. Rodada en plena posguerra de Vietnam, la película recoge el desencanto de la sociedad norteamericana de aquellos momentos y contiene una fuerte crítica antisistema, encarnada por el locutor radiofónico que hace las veces de narrador. Pero, sin duda, el verdadero protagonista de la cinta es el Dodge Challenger R/T 440 de 1970 conducido por Kowalski, un coche mítico homenajeado por Tarantino años más tarde en su estupenda ‘Death Proof’ (id, 2007), que sirvió para desenterrar esta joya del género para el gran público.



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